Consejos para conducir bajo la lluvia
Conducir bajo la lluvia para muchos conductores puede suponer una situación de estrés y peligro. Bajo dichas condiciones climatológicas, es normal que la tarea de la conducción resulte más complicada. Debido a que en la mayor parte las ocasiones, la visibilidad se reduce bastante y las acumulaciones de agua pueden provocar que los neumáticos se agarren menos a la calzada, con el peligro que ello conllevo.
Para conseguir que te sientas lo más seguro en este tipo de situaciones, a continuación, te queremos dar una serie de consejos poder conducir con lluvia.
PRECAUCIONES AL CONDUCIR CON LLUVIA
La recomendación más obvia en estos casos de lluvia es reducir la velocidad a la que se conduce ya que, como hemos dicho anteriormente los neumáticos no agarran con la misma fuerza. Esto provoca unido a una alta velocidad que la distancia de frenado sea más elevada que en condiciones normales.
En este caso de conducción bajo la lluvia y cualquier otra, una recomendación que es muy importante a seguir es la de tener el vehículo siempre preparado. Esta preparación implica comprobar el funcionamiento y limpieza de los parabrisas al igual que las luces del coche. Ambos aspectos te servirán para, al margen de las condiciones climáticas externas, no perder más visibilidad que ponga en peligro tu seguridad durante la conducción. Otro aspecto que deberás tener en cuenta, cuando controles el estado de tu vehículo antes de conducir bajo la lluvia, es el desgaste y presión de los neumáticos. Cuando el desgaste es elevado la distancia de frenado aumenta aún más, lo cual combinado con el aumento que se produce cuando hay agua sobre la calzada, multiplican exponencialmente las probabilidades de sufrir un accidente. A su vez, cuando se circula con la presión inferior a la debida, no sólo las ruedas se desgastan más rápidamente, sino que el consumo de combustible es mayor.
CONSEJOS PARA CONDUCIR CON LLUVIA
En cuanto a la forma más adecuada de circular en este caso, hay que tener en cuenta dos aspectos. Uno de ellos, tiene que ver con la distancia de frenado, que deberás aumentarla más que de costumbre por la disminución de adherencia que se produce con la aparición de lluvia en el asfalto. Un truco para saber si la distancia es adecuada, es elegir un punto por el que vaya a pasar el coche que tienes delante, como una señal, un árbol o cualquier otro. Después debes contar los segundos que tú tardas en pasar por ese mismo punto y si el tiempo es inferior a 5 segundas, deberás separarte más. Si por el contrario, el tiempo es más de 5 segundos te encuentras a la distancia perfecta para evitar cualquier susto.
Finalmente, se puede producir aquaplaning si la cantidad de agua que el neumático debe evacuar es mayor de la que puede. En ese caso, debido a que el coche pierde totalmente el contacto con el asfalto, es muy importante no realizar movimientos bruscos como girar el volante o frenar rápidamente. Sino simplemente levantar el pie del acelerador para reducir la velocidad y que las ruedas vuelvan a tomar contacto con la superficie y poder evacuar el agua acumulada.