Funcionamiento del sistema de frenos de nuestro vehículo

Esta semana la hemos empezando hablando sobre cómo cambiar las pastillas de freno de una moto. En esta entrada, vamos a seguir con la temática de frenos, y vamos a explicar qué sucede cuando accionamos el pedal de freno de nuestro coche, o la maneta e nuestra moto, ya que el sistema en ambos vehículos es prácticamente igual.

El sistema de frenos de los vehículos de calle es hidráulico (algunos modelos nuevos incorporan frenos eléctricos), lo que quiere decir que cuando accionamos el freno, es el líquido el que hace llegar la presión que ejercemos hasta el pistón que empuja las pastillas de freno contra el disco.

Pero antes de eso, pasan muchas cosas. En un coche, tendríamos que hacer mucha fuerza para conseguir frenarlo completamente sólo con la fuerza de nuestro pie. Por ello,  prácticamente todos los vehículos, incorporan un sistema de servofreno o ayuda al freno, que hace que se duplique la fuerza que ejercemos nosotros con el pie para que así notemos un pedal más blando y no nos cueste tanto frenar el vehículo.

A continuación, tras el servofreno, llega el turno de la bomba de frenos, cuya misión es repartir el líquido de frenos hacia cada una de las ruedas. Generalmente, los vehículos llevan dos o más circuitos de freno, para que en caso de avería, siempre tengamos alguna rueda con frenada. Además, esta bomba en los coches, por normativa, está equipada por dos pistones, para que siempre tengamos parte de la eficacia de frenada en caso de que se averíe uno de los pistones.

Como hemos dicho, la bomba dirige el líquido de frenos hacia cada rueda. El líquido llega hasta la pinza de freno. Aquí es donde va alojado el pistón que es empujado por el líquido de frenos y que ejerce presión a las pastillas para que rocen contra el disco, que va unido a la rueda y hace que esta se detenga por rozamiento.

En el caso de los frenos de tambor, equipados en algunos coches en las ruedas traseras, el sistema es muy parecido al de frenos de disco, ya que el líquido llega al bombín que gracias a la presión acciona las dos zapatas para que se abran y rocen contra el tambor. Este sistema de frenos se usa cada vez menos ya que la eficacia de frenada es menor y la capacidad para evacuar el calor es muy inferior a la del sistema con disco y pastillas de freno.